
Es cierto que no hay nada como el calor y el apoyo que brinda un ser humano, pero también lo es que la tecnología puede ser de gran ayuda en la recuperación de pacientes con determinadas dolencias. Por ejemplo, aquellos que se rehabilitan de un ictus asistidos por una acción conjunta de robots y fisioterapia tienen más posibilidades de caminar de forma independiente. Así se puso de manifiesto en el Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef), que celebró hace escasos meses su edición número 55.
Estas nuevas tecnologías surgen con la finalidad de desarrollar terapias que consigan una mayor recuperación funcional de las personas afectadas por déficits neurológicos.
En palabras de Enrique Sainz de Murieta, especialista en Medicina Física y Rehabilitación del Complejo Hospitalario de Navarra, “no se trata de sustituir a los terapeutas humanos, sino de permitir más y mejor terapia, complementando la terapia habitual personalizada y única con terapeuta y paciente, con una terapia asistida con robot, en la que los profesionales siguen manejando la máquina, cambiando sus parámetros y adaptándola a las respuestas del paciente”.
Esta terapia, añade Sainz de Murieta, está dirigida a pacientes de alta complejidad, en los que hay que optimizar el balance entre los riesgos y los beneficios. Por eso, asegura que “es el especialista en medicina física y rehabilitación el que debe realizar la indicación de los diferentes parámetros”.
¿Y cuáles y cómo son estas máquinas que ayudan a la recuperación del paciente? Los más frecuentes son las máquinas que ayudan a caminar, tales como los exoesqueletos con los que andar sobre el suelo -con el apoyo de un terapeuta-, o el tapiz rodante en suspensión. Además se han desarrollado ingenios para el tratamiento de las manos y el brazo. Pero uno de los campos más desarrollados, según los expertos reunidos en el congreso, es el de los exoesqueletos para miembros inferiores. En este área han destacado proyectos españoles, como los del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para lesionados medulares o niños con parálisis cerebral.
Estas terapias -o al menos algunas de ellas- dan la oportunidad de sincronizarse con la realidad virtual para mejorar la motivación del paciente gamificación. Es decir, la técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo-profesional para conseguir mejores resultados. Con la ventaja de que “algunas máquinas sensorizadas y programables pueden variar sus respuestas dependiendo del estímulo que reciben, de manera que se adaptan al comportamiento del paciente e, incluso, pueden aprender”, sostiene Sainz de Murieta.
Eso sí, los expertos aclaran el efecto de la rehabilitación después de un ictus dependerá de la cantidad de rehabilitación. Es por eso que muchos servicios de rehabilitación han incorporado la terapia de realidad virtual (TRV) para aumentar el tiempo de terapia, de forma que se aumenta la extensión del tratamiento de forma segura, tanto a nivel de ingreso como ambulatorio.