
El pie es un órgano que, gracias a los 26 huesos, ligamentos, tendones, articulaciones y músculos que posee, realiza los movimientos que se le demandan. Sin embargo el dolor de pies es uno de los más incapacitantes y, cuando acudimos a fisioterapia, nos pueden diagnosticar algunas patologías.
Entre las patologías biomecánicas encontramos:
– Fascitis plantar: inflamación del tejido de la suela del pie que conecta el talón con los dedos.
– Espolones: prominencia ósea que aparece en el calcáneo (parte anterior del talón).
– Síndrome del túnel de tarso: es la compresión del nervio tibial que conecta el talón con la planta, provocando dolor en el tobillo o en los dedos de los pies.
Los pies sufren también patologías reumatoideas como son:
– Artritis: es una enfermedad que ataca a las células de las articulaciones y que muchos pacientes también la sufren en los pies.
– Artrosis: esta enfermedad de carácter crónico que afecta al cartílago también la padecen los pies y puede desarrollarse a consecuencia de lesiones o esguinces.
Y no solo esto, también los pies pueden tener neuralgias:
– Neuroma de Morton: afección que se produce en el metatarso (entre el tercer y cuarto dedo del pie) y que provoca gran ardor y dolor.
– Síndrome de Baxter: es la compresión de la rama nerviosa que se dirige al talón. Como el dolor surge en la planta del pie, es muy fácil confundirla con una fascitis plantar.
¿Cómo prevenir las patologías de los pies?
Cuidarse los pies es clave para prevenir problemas. La elección de un buen calzado y una higiene diaria y adecuada ayudan; pero lo más importante es acudir a fisioterapia para consultar a un especialista ante los primeros síntomas. La detención rápida de cualquier problema es la principal causa de curación completa. Un fisioterapeuta podrá aconsejar los tratamientos adecuados dependiendo de la patología y aplicar los métodos y ejercicios correctivos a cada caso.