El verano es la época en la que se intensifica la insuficiencia venosa crónica, un mal que, según el Capítulo Español de Flebología, afecta a casi uno de cada tres adultos en España. Pesadez, cansancio de piernas, son los síntomas que avisan de una deficiente circulación de la sangre en las extremidades inferiores. Con el calor, las venas se dilatan más de lo habitual, lo que deriva en una mayor concentración de sangre y retención de líquidos en las piernas.

Son síntomas que, si bien no representan una grave amenaza para la salud, sí que repercuten de forma negativa en la calidad de vida de la persona afectada. Incluso puede llegar a ser incapacitante. La manifestación más común de estos síntomas son las varices, que no son sino dilataciones y alargamientos de las venas. ¿Qué se puede hacer para mejorar la circulación de la sangre en las piernas y aliviar todos esos problemas? Aquí van una serie de consejos:

-No permanecer de pie o sentados durante mucho tiempo. Si no queda más remedio, bien sea por trabajo o porque necesitamos hacer un largo viaje, intentaremos mover constantemente pies y piernas. Y si es posible, levantarse del asiento y caminar unos minutos.

-Mantener las piernas arriba en la medida de lo posible. En los días de mucho calor es recomendable elevarlas al mediodía, y también por la noche, cuando llegamos a casa. Y si se puede, dormir con las piernas levantadas unos centímetros.

-Ducharse en lugar de bañarse. Alternar las duchas no excesivamente calientes (que el agua no supere los 38 grados) con chorros fríos en las piernas ayudará a activar la circulación. Y una vez hayamos acabado, nos daremos agua fría en las pantorrillas (siempre en sentido ascendente) con el fin de aliviar la sensación de pesadez.

-Masajearse piernas y tobillos. Lo podemos hacer mientras permanecemos tumbados, con un gen frío, y de manera ascendente (de los pies hacia la rodilla).

-Mantener la piel bien hidratada. Después de la ducha aplicaremos crema hidratante (o cualquier otro tipo de loción) con suaves masajes.

-Seguir una dieta equilibrada, rica en fibra, ya que el sobrepeso y el estreñimiento son enemigos de una buena circulación sanguínea. También conviene reducir al mínimo la ingesta de sal -así retendremos menos líquidos-, ingerir abundante agua y, por supuesto, nada de alcohol y tabaco.

-No usar ropa demasiado ceñida, especialmente en las épocas calurosas, ya que pueden dificultar el retorno venoso desde las piernas hasta el corazón.

-Hacer ejercicio, siempre de forma moderada. Lo mejor para la circulación de las piernas es la natación o el caminar, sin desdeñar otras formas de actividad física como la bicicleta o la gimnasia. Incluso el baile.